Conexiones Seguras. Segunda Parte

El uso del home banking viene creciendo conforme la gente empieza a darle confianza a la forma digital que requiere la operación. Y esa confianza nace en el punto que explicamos en el post titulado Conexiones Seguras. Primera Parte.

En dicho artículo se vio la diferencia que existe entre un protocolo HTTP simple y el HTTPS. Siguiendo con el ejemplo del home banking y a modo de recordatorio, jamás debemos ingresar siguiendo un enlace externo, pues podríamos caer en la suplantación de identidad, operatoria que se conoce con el nombre de pishing.

Descontando que ingresamos a nuestro home banking en forma correcta y si todo está como corresponde, veremos que la barra de direcciones se torna de color verde y también aparece un candado cerrado.
Esas son las evidencias que estamos sobre un canal seguro y además tenemos forma de comprobarlo. Si llevamos el cursor hasta el ícono del candado y hacemos click, se abrirá una ventana que, entre otras cosas, nos mostrará el certificado que respalda esta conexión.

Podemos navegar por los distintos atributos que posee el certificado, como Entidad de Emisión, propósito, fecha de caducidad, etc y finalmente llegaremos a un lugar que nos dirá que el sitio es seguro, el lugar donde queremos estar.

Y esta seguridad descansa en un certificado digital, instalado en el servidor del Banco, que le dice al browser o navegador, que el sitio direccionado es efectivamente del banco y no fuimos a parar a ningún otro lado.

De esta forma vimos, con un ejemplo sencillo y de uso corriente, qué significa un sitio seguro y que la presencia de un certificado digital es la que asegura la confianza del enlace.

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